lunes, 26 de mayo de 2014

La Nicaragua Oscurantista - II

Hace poco más de un año, un prestigioso diario publicó un artículo de mi autoría: La Nicaragua Oscurantista.  Este artículo es una continuación, para argumentar que mi análisis no está lejos de la realidad, nuestra realidad.
En las reformas a nuestra carta magna hay unos cambios que no solo son esencialmente contradictorios, sino perturbadoramente peligrosos. Por ejemplo dentro del texto de dichas reformas se encuentran las siguientes líneas:
“Promover el desarrollo humano… bajo la inspiración de valores cristianos”
“Los valores cristianos aseguran el amor al prójimo…”
Es decir básicamente se está declarando al cristianismo como religión oficial del estado de Nicaragua, lo cual contradice directamente a la misma constitución en su artículo 14  que dice: “El estado no tiene religión oficial”.
También estas frases contradicen el  artículo 27 que dice: “Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho a igual protección. No habrá discriminación por motivos de nacimiento, ... religión, opinión, origen, posición económica o condición social.” Peligrosamente, si hay una religión oficial, se está facilitando la discriminación contra los que no pertenezcamos a ella.
No solo eso sino que la presunción que  “Los valores cristianos aseguran el amor al prójimo…”, es en sí una falacia, ya que solo basta revisar la historia para ver las atrocidades que se han cometido y se siguen cometiendo en nombre del cristianismo.
Además está científicamente comprobado que un fenómeno psicológico llamado empatía es lo que garantiza que las relaciones inter-humanas sean armoniosas, solo sociópatas y demás individuos perturbados carecen de empatía.
Según la Asamblea General de las Organización de Naciones Unidas, todas las naciones suscritas deben “aplicar políticas y programas nacionales, tengan en cuenta los intereses de las minorías.” ¿Cómo puede un país oficialmente cristiano (oscurantistamente cristiano), tener en cuenta a las minorías que no profesamos dicha religión?
Obviamente el objetivo de agregar tantas veces la palabra cristianismo en nuestra constitución, tienen una función de bozal para las élites del clero, y tristemente para las minorías, nuestros números no son lo suficientemente grandes como para que tengamos un gobierno laicista que vele por el bienestar de TODOS sus ciudadanos, profesen o no una religión.
Según las célebres palabras de Nelson Mandela: “Una nación no debería de juzgarse por cómo trata a sus élites, sino por cómo trata a sus minorías”